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El presidente de EE.UU. aseguró que pronto traerán de regreso a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, quienes se quedaron varados en la Estación Espacial Internacional hace casi diez meses.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, aseguró con determinación que irán a rescatar a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, quienes se quedaron varados en la Estación Espacial Internacional (EEI) hace casi diez meses debido a un problema en su nave Starliner, fabricada por Boeing.
“Los queremos y vamos por ustedes. No deberían haber estado allí tanto tiempo“, dijo este jueves Trump, hablando desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, y agregó que el dueño de SpaceX, Elon Musk, está preparando para lanzar una de sus naves en dos semanas para traerlos de regreso.

“Le pregunté a Elon y le dije: ‘¿Puedes sacarlos de ahí?’ ¡Porque están atrapados! Espero que estén bien ahí dentro”, dijo, bromeando que probablemente los astronautas pudieron haber encontrado el amor allá arriba. “Yo autoricé a Elon hace una semana. Le dije: “Sabes, tenemos a dos personas allí que [Joe] Biden y Kamala [Harris] dejaron allá arriba’, y él lo sabe muy bien. Le dije: ‘¿estás equipado para sacarlos de ahí? Él dijo: ‘Claro’. Él tiene esta Starship. Y la está preparando ahora mismo“, agregó.
El mandatario comentó también sobre el cabello de Williams, llamándola “la mujer del cabello salvaje”. “Vi a esa mujer con el cabello salvaje, buena, sólida cabellera que tiene. No es broma, no hay juegos con su cabello”.
Al mismo tiempo, Trump criticó al gobierno anterior de Joe Biden por ignorarlos y lo responsabilizó por lo sucedido, sugiriendo que la situación era peligrosa. “El presidente más incompetente de nuestra historia ha permitido que esto pase, pero este presidente no permitirá que eso siga sucediendo”, expresó.
Suni Williams y Butch Wilmore se habían embarcado en una misión de ocho días el 5 de junio de 2024. Sin embargo, la nave reveló fallos en cinco propulsores del sistema de control a reacción, lo que causó un retraso del acoplamiento a la base orbital y, posteriormente, una difícil decisión para la NASA: enviar la nave de Boeing de regreso sin tripulación.