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El presidente argentino sigue los pasos de su par estadounidense en contra de la denominada agenda ‘woke’.
La llegada a la Casa Blanca de Donald Trump le dio impulso en EE.UU. a una serie de medidas que podrían ser ‘copiadas’ por el presidente argentino, Javier Milei. Entre ellas figuran la salida de organismos multinacionales, las relaciones con otros países, la migración y la identidad de género.
Respecto de la posible salida de organismos multilaterales, el 20 de enero, día de su asunción, el líder republicano firmó la orden ejecutiva que inicia el proceso de retirada de EE.UU. de la Organización Mundial de la Salud (OMS), misma decisión que había tomado durante su primera presidencia.
Según publicaron medios argentinos, desde la Casa Rosada buscan “aprovechar el impulso del triunfo de Trump para recuperar soberanía”, lo que podría representar una salida de ciertos organismos en los que identificaron “falencias que no cumplen la función para las que fueron creadas”. Por eso, fuentes del Ejecutivo señalaron que Milei “evalúa” replicar la política de Trump respecto de la OMS, aunque aclararon que “no será de un día para el otro”. También adelantaron que existe la intención de “investigar las barbaridades que se hicieron durante la cuarentena” por el coronavirus.
Otro foro del que Argentina podría salir es el Acuerdo de París. Milei niega el cambio climático, lo califica como una “mentira socialista” y atribuye el calentamiento global a ciclos históricos del planeta. Así lo afirmó el 23 de enero durante su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, donde criticó el ‘wokismo’ que “se manifiesta en el siniestro ecologismo radical y la bandera de cambio climático” y el “ambientalismo fanático” que considera a los seres humanos como “un cáncer que debe ser eliminado” y al “desarrollo económico” como “poco menos que un crimen contra la naturaleza”.
Un antecedente del descontento argentino con esta política fue la retirada de la delegación enviada a la conferencia del cambio climático COP29 de la ONU, en Bakú, capital de Azerbaiyán, por orden de la Cancillería.
Sin embargo, existen complicaciones para la salida de Argentina. Según mencionan medios locales, una de ellas es el reciente acuerdo firmado entre el Mercosur y la Unión Europea, ya que incluye cláusulas sobre el cuidado medioambiental. Lo mismo ocurre con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a la que Argentina busca reincorporarse, que aboga por estándares de política ambiental para sus miembros, mientras que el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo condicionan sus políticas de créditos al cumplimiento de estándares sobre el cuidado del medioambiente.
En el caso de EE.UU., Trump firmó el día de su asunción el decreto para que su país salga del Acuerdo de París, que fue ratificado originalmente en la Conferencia anual de las Naciones Unidas sobre el Clima en 2015 y tiene como objetivo limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales, una métrica que los científicos creían que reduciría significativamente los impactos del cambio climático.
Además, un eventual tratado de libre comercio con EE.UU. podría derivar en una salida de Argentina del Mercosur, como explicó el propio Milei. Sin embargo, desde la Cancillería aclararon que por el momento no evalúan dejar otros organismos regionales, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unasur.
Respecto de las alianzas internacionales, el Gobierno argentino seguirá los lineamientos estadounidenses, ratificando su cercanía con Israel, con la oposición venezolana y apoyando la propuesta de Trump sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Control dela inmigración
Así como Trump decretó la “emergencia nacional” en la frontera entre EE.UU. y México, Milei también buscaría limitar la llegada de extranjeros a Argentina. En ese sentido, se prevé avanzar con un proyecto de ley para restringir el acceso de personas con antecedentes penales, mientras que también se buscará prohibir el acceso al sistema de salud para extranjeros que no tengan residencia en el país.
Un ejemplo de esta política es el alambrado de 200 metros de extensión que se podría instalar en la ciudad de Aguas Blancas, provincia argentina de Salta, en la frontera con Bolivia. La iniciativa forma parte del denominado Plan Güemes que impulsa el Ministerio de Seguridad de la Nación. “Este alambrado es una obra destinada a delimitar la línea de frontera y garantizar el orden en una zona que había quedado abandonada, producto de una política de zona liberada en el pasado”, explicó Virginia Cornejo, directora Nacional de Vigilancia y Control de Fronteras del ministerio.
En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia manifestó su “preocupación”. En un comunicado publicado este domingo, aclaró que “los temas fronterizos deben ser tratados por medio de mecanismos de diálogo bilaterales establecidos entre los Estados para encontrar soluciones coordinadas a temas en común”. “Cualquier medida unilateral puede afectar la buena vecindad y la convivencia pacífica entre pueblos hermanos”, agregó.
Cuestiones de género
El Gobierno argentino también seguiría a la Casa Blanca en temas de minorías sexuales, luego de que Trump ordenara la cancelación de todos los programas para promover la inclusión, la igualdad y la diversidad racial y de género, y consagrara como política oficial el reconocimiento de solo dos géneros: femenino y masculino.
La última expresión de Milei contra las políticas de género fue en el Foro de Davos, donde definió al “feminismo radical” como una “distorsión del concepto de igualdad” que busca “privilegios”. Incluso criticó el concepto de “femicidio” que “conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima”, lo que significa que “la vida de una mujer vale más que la de un hombre”.
Horas más tarde, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, anunció que eliminarán la figura de femicidio del Código Penal, ya que “ninguna vida vale más que otra”. Además, consideró que esa calificación legal busca poner “a una mitad de la población en contra de la otra”.