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Varias empresas de Internet evalúan opciones para diversificar sus conexiones entre Europa, África y Asia.
Los ataques de los insurgentes hutíes de Yemen han hecho el mar Rojo, donde pasa la mayor parte del tráfico de Internet entre Europa y Asia Oriental, una zona más peligrosa para la infraestructura de telecomunicaciones, informó el sábado The Wall Street Journal.
Así, a finales de febrero, algunos expertos sugirieron que el daño ocasionado al barco Rubymar estaría relacionado con una avería de tres cables submarinos de Internet que atraviesan la región. Antes de hundirse completamente, el carguero estuvo a la deriva desde mediados de febrero tras un ataque de los hutíes. Los cortes empeoraron los servicios web en la India, Pakistán y partes de África Oriental, señaló Doug Madory, director de análisis de Internet en la firma de investigación de redes Kentik.
Por su parte, el Ministerio de Telecomunicaciones de Yemen negó la responsabilidad por las fallas en el servicio de Internet y aseguró que el Gobierno está “dispuesto a mantener todos los cables submarinos de telecomunicaciones […] lejos de cualquier posible riesgo”.
Claudia Ferro, jefa de marketing de la empresa Seacom, propietaria de una de las líneas dañadas, informó que las reparaciones deberían comenzar a principios del segundo trimestre, aunque las complicaciones relacionadas con los permisos, las tensiones regionales y las condiciones climáticas podrían retrasar ese cronograma.
Mientras, varias empresas de Internet han considerado formas de diversificar sus conexiones entre Europa, África y Asia. Las rutas a través de Arabia Saudita, por ejemplo, podrían bordear por completo las aguas que rodean Yemen. Sin embargo, muchos reguladores nacionales cobran tarifas elevadas o “imponen otros obstáculos que hacen más atractivo seguir usando rutas probadas”, concluye el medio.