La Policía Nacional de Haití confirmó este sábado que grupos armados asaltaron la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe, tras una nueva jornada de enfrentamientos y tiroteos en la zona metropolitana de la capital haitiana.
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De acuerdo al sindicato de la policía haitiana, tras tomar el control de la principal prisión del país caribeño, los pandilleros lograron liberar a alrededor de 3.000 reos.
Ante esta situación el gremio policial llamó a miembros del cuerpo de seguridad a unirse a los policías que se mantienen en las cercanías de la cárcel enfrentándose a los grupos pandilleros para retomar el control del centro penitenciario.
SOS pou penitansye/ gran prizon!!! @SPNH_17, Sendika Lapolis la, ap mande tout polisye ki nan kapital la swa ki gen machin, zam ak minisyon, sa yo ki nan backup VIP yo pote kole ak polisye kap goumen nan penitansye, depi nou kite bandi pran penitansye nou fini . Pèsonn pap… pic.twitter.com/x1MFTJJ1XW
— SPNH-17 ,Syndicat de la Police Nationale D’Haiti (@SPNH_17)
March 3, 2024
También alertaron que de no contener a los grupos armados en los alrededores de la prisión, la situación de violencia e inseguridad se podría volver incontrolable en la capital haitiana.
Sin embargo la prisión no sería el único lugar del que las bandas querrían apoderarse y, así, informaciones no verificadas sugieren que el Palacio Nacional estaría también en el punto de mira de los grupos armados
El objetivo de los grupos pandilleros sería ganar fuerza antes de la posible llegada a Haití de la misión multinacional de apoyo a la seguridad.
Penitansye, a large prison located in the heart of the city of Port-au-Prince, is under the control of armed gangs, some prisoners are already outside according to available information. Haiti needs help.#FreeHaiti #SosHaiti ���������������������������������������� pic.twitter.com/WY8p7h3UU1
— V4bn�� (@vakabonht)
March 3, 2024
Las bandas armadas anunciaron el viernes pasado que intentarán apoderarse de algunas instituciones públicas ubicadas en la parte baja de Puerto Príncipe y zonas controladas por bandas que hacen parte de su coalición.
Ante el aumento de los tiroteos y enfrentamientos entre los pandilleros y las fuerzas de seguridad, cientos de civiles han abandonado sus hogares, incrementándose el número de desplazados que viven en campos de refugiados huyendo de las bandas armadas.
