En Chile, una reforma previsional que promete aumentar pensiones provocó una protesta que exige retirar del Congreso el proyecto de ley para reemplazarlo por uno que asegure pensiones dignas.
32 kilómetros pedaleó Manuel Riesco, el economista que lidera en la opinión pública el rechazo a la reforma previsional del gobierno de Gabriel Boric.
Una marcha lo esperaba para dirigirse al Congreso Nacional. El proyecto gubernamental propone que una empresa privada licitada por el Estado recaude los aportes de los trabajadores, aumentar el gasto estatal para subvencionar las pensiones más bajas y subir el porcentaje que se descuenta del salario de los trabajadores para su ahorro individual.
El movimiento no + AFP se concentró en las afueras del Congreso para apoyar la demanda de retirar el proyecto de ley que, a su juicio, solo consolida el cuestionado sistema privado de pensiones: las AFPs.
Mientras las AFPs alcanzaron 472 millones de pesos en utilidades entre enero y septiembre de 2024, el Estado sigue pagando el 88,12 % del gasto previsional para complementar las bajas pensiones que, aún así, en el 75 % de los casos no alcanzan para costear la vida.
Por eso, presentaron una carta a los diputados para que retiren el proyecto que sigue nutriendo los grandes capitales nacionales y transnacionales a costa de los trabajadores y hacer una ley corta que resuelva la emergencia y permita mejorar las pensiones de quienes hoy sobreviven al límite de la indigencia.
Por eso, presentaron una carta a los diputados para que retiren el proyecto que sigue nutriendo los grandes capitales nacionales y transnacionales a costa de los trabajadores y hacer una ley corta que resuelva la emergencia y permita mejorar las pensiones de quienes hoy sobreviven al límite de la indigencia.
Beatriz Michell, Santiago de Chile.
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