El diputado a la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, Hermann Escarrá, conversó en exclusiva con teleSUR sobre los hechos ocurridos el 2 de febrero de 1999, cuando se juramenta por primera vez el comandante Hugo Chávez como presidente de la República, y el legado dejado a la población.
Su impresión sobre aquella fecha, el 2 de febrero de 1999, cuando asume el presidente Hugo Chávez ante el Parlamento de la época.
– Era un Parlamento bicameral. Recordemos que después de la Constitución de 1999, pasa a ser Parlamento unicameral; existía el Senado de la República y la Cámara de Diputados. Yo era integrante del Senado, entonces miembro de la Comisión Permanente de Política Exterior para aquel momento.
Hay varios recuerdos. Primero es que se me designa en la comisión que va a buscar al presidente al lado del Salón Elíptico y conducirlo a la Cámara como tal, al Hemiciclo. Fue un momento muy glorioso en el sentido de la manifestación popular; la verdad es que había un gran entusiasmo, mucha ilusión ciertamente del pueblo de Venezuela que se manifestó en las calles en aquel momento.
Chávez, una persona joven, bastante joven como presidente investido, con una altísima votación y también renovando la fe del pueblo de Venezuela en cambios profundos. Chávez había planteado como elemento central de su mensaje una campaña cuyo objeto era convocar a la Asamblea Constituyente. Él decía que había que modificar la Constitución del Pacto de Punto Fijo y de la partidocracia y de ahí pasar a una Constitución que consagrara la democracia participativa y protagónica, fortaleciera y ampliara más el estado de bienestar social con los derechos sociales.
Esto se reproduce, lo que acabo de decir, en el discurso de Chávez cuando se juramenta ante el Parlamento bicameral, entonces llamado Congreso de la República, y él ahí fortalece estas ideas y agrega una tercera ya en la parte final del discurso, señalando que el origen de la Revolución Bolivariana, que cualquiera que vaya a buscar su génesis doctrinaria, tiene que ir al discurso de Angostura del 15 de febrero de 1819 del padre Libertador Simón Bolívar, coloca varias partes del discurso y hace una reflexión sobre este tema. Se produce entonces la juramentación.
Hay un hecho un poco difícil, el doctor Caldera, las insignias de la Presidencia tenía que colocárselas al presidente Chávez, pero se las coloca el presidente del Congreso, con lo cual cambia totalmente de facto el protocolo que debía cumplirse. A su vez, el presidente Chávez ahí mismo se refiere a la Constitución del 23 de enero de 1961 como una Constitución de caducó y coloca la frase muy repetida de “la Constitución moribunda”.
Esto trajo como consecuencia también otro hecho verdaderamente interesante que no quisiera dejar de lado y es cuando Chávez sale en el encuentro con los senadores y diputados, está el entonces senador Carlos Andrés Pérez; la gente preveía en aquel momento que podría ocurrir algún hecho probablemente destemplado, algún desbordamiento, y no fue así. Chávez se acercó a Carlos Andrés Pérez, lo saluda y Pérez también lo saludó a él en una demostración inequívoca de lo que es la cultura democrática, del comportamiento civilizado en aquel momento.
A esto debemos agregar el contexto.
Cuéntenos sobre eso.
– En el contexto tanto nacional como internacional, habría que decir que mayoritariamente hubo un desbordamiento de todos los sectores sociales de la vida nacional. Por Chávez votó el ciudadano que vive en La Bombilla en Petare, o que vive en el barrio Zamora en El Valle, pero también votó la gente que vivía en La Florida, el Country Club, es decir, fue una cuestión de carácter general porque el país estaba hastiado, agotado, y la verdad es que aquella democracia puntofijista y de la partidocracia, también de la plutocracia, poder económico determina al poder político dice el maestro Duverger que es el que coloca esa frase en el pensamiento de la teoría del Estado. Cuando esto ocurre lo que hay es una explosión de esperanza, de ilusión, que se dio alrededor no solamente del Congreso, sino en todo el país, atento al discurso que iba a pronunciar el joven nuevo presidente.
Ahí mismo, el presidente Chávez convoca, ratifica lo que era su idea central. Lo dijo y lo cumplió, “voy a Miraflores en este momento”, él se fue a pie, al Palacio de Miraflores que es el palacio presidencial en Venezuela, “y a partir de allí voy a convocar la consulta para una Asamblea Nacional Constituyente que devuelva la felicidad, la concordia, el desarrollo social y la nueva fórmula política de la democracia”.
¿Esa fue su primera medida?
– Fue la tercera. La primera es un decreto donde él nombra a los ministros, la segunda designa ya y lo instala al Consejo de Ministros, y la tercera es el presidente en Consejo de Ministros convocando la consulta al Consejo Nacional Electoral para que le pregunte al pueblo sobre la Asamblea Nacional Constituyente.
Sobre esta frase que usted coincide que ha sido muy difundida y muy replicada, ‘juro sobre esta moribunda Constitución’, a usted como constitucionalista, abogado de larga data, ¿qué le pareció aquella frase y qué visualizaba usted que venía?
– En primer lugar era una manera gráfica, pedagógica, de expresar lo que estaba ocurriendo. La Constitución estaba agotada con un hecho curioso, agotada sin ser desarrollada; es decir, un proceso de más de 40 años y dónde, emiplegicamente podemos decir, partes considerables del texto constitucional nunca se desarrollaron. Algo que muy poca gente recuerda (es que) nosotros estuvimos sometidos a un estado de emergencia, de excepción decimos hoy, y a la suspensión de las garantías constitucionales desde el propio 23 de enero de 1961 hasta casi 40 años después con Carlos Andrés Pérez dos. Eso es lo que nos llevó en la Constituyente a regularizar los tiempos en los procesos de emergencia y por eso es que usted observa en la Constitución de 1999 de la República Bolivariana de Venezuela que habla de diferentes formas de declarar el estado de emergencia por situación externa, por situación interna, conflicto interno, por elementos de orden ecológicos, físicos, entre otros, pero usted ve que en cada uno de ellos hay un lapso de tiempo claramente determinado.
Esto ocurre porque todo el sistema económico, suspensión del derecho de propiedad, suspensión de la libertad de comercio, de la iniciativa privada, todo lo que son las garantías económicas suspendidas fueron las que configuraron el orden económico y social, se puede decir, a partir de 1961. Es decir, una parte fundamental de la Constitución no se cumplió, pero ya estaba agotada, estaba envejecida. El país quería un cambio, quería una transformación y el camino jurídico, en el marco del estado de derecho, en el marco del estado constitucional no era otro que ir al poder originario, cuyo titular es el pueblo en cuanto que es soberano, y a partir de ahí convocar a una Asamblea Constituyente como ocurrió.
¿Qué le parece a usted la forma en cómo finalmente Chávez llega a la Presidencia? Considerando que él venía de esta rebelión militar del 4 de febrero de 1992, estuvo un tiempo encarcelado y luego ya se avoca directamente a conseguir la Presidencia a través de los votos. Ese tránsito desde lo que puede ser considerado por algunos como un militar golpista o un militar alzado, como se le quiera decir, hasta finalmente decantar en una elección presidencial. ¿Cómo evalúa usted ese tránsito?
– Utilizaste un término correcto, rebelión militar, no es exactamente un golpe de Estado, no es como dicen los franceses coup d’État, no es eso. Tampoco es una ruptura en el sentido clásico ni es un alzamiento, en realidad es una rebelión de carácter político y social que estaba prevista en la Constitución. Fíjate este hecho tan interesante, el artículo 250 de la Constitución del 23 de enero de 1961 señala que cuando la Constitución es violada, cuando la Constitución es transformada, menoscabada, sustituida por procedimientos no previstos en ella, cualquier ciudadano está en el deber, por cualquier medio, de restablecerla y eso fue lo que argumentó, incluso en los juicios que se hicieron de carácter militar, eso fue lo que se argumentó. Hubo una rebelión militar constitucional fundamentada en el artículo 250 de la Constitución.
Ese artículo, por cierto, viene de la Constitución mexicana; está en el derecho comparado europeo y también en el derecho comparado latinoamericano. Debo hacer una particularidad y es que esa norma está hoy día en la Constitución vigente, en el artículo 333, que es lo que se llama la protección, la garantía de la Constitución en formas no jurisdiccionales.
¿Y su evaluación política de este tránsito?
– Este tránsito fue bien interesante porque una vez que el presidente Chávez está ya en la calle con sus derechos fundamentales, él empieza a recorrer todo el país y recoge la angustia, la desesperación, recoge el malestar enorme que había en Venezuela, y con una gran capacidad personal lo convierte pedagógicamente en un mensaje que fue muy atractivo; es decir, todos los sectores sociales se vieron identificados, mejorar y perfectibilizar la democracia, mejorar el Poder Judicial, adecentar y atacar la corrupción, elevar el nivel de vida de los venezolanos, tener un sentido nacionalista en nuestros espacios territoriales, pero también en nuestra cultura, nuestra educación, nuestra formación, sin que eso signifique que neguemos el carácter universal y ecuménico que todo país debe tener hoy día en el concierto de las naciones.
También se planteó en el plano internacional y de la política exterior un concepto bolivariano, en realidad ese término es de Simón Bolívar, que es el equilibrio del universo, ese es un análisis que hace Bolívar del Congreso Anfictiónico de Panamá. En ese análisis coloca ese concepto, el equilibrio del universo. ¿Cómo debe ser ese equilibrio? En la medida en que no existe un poder hegemónico, en la medida en que no existan formas imperiales o neocolonizadoras, sino en la medida en que nosotros logremos la superación del esquema bipolar o unipolar de las relaciones internacionales y pasemos a un esquema pluripolar, donde todos los sectores internacionales tengan presencia, donde además se nieguen las formas imperiales que han generado la guerra, que han generado conflictos extremadamente graves para la paz internacional.
De tal manera que en el orden interno podríamos sintetizarlo así: libertades fundamentales y justicia social; y en el orden externo, la paz, la integración, con mucho acento en el ámbito latinoamericano y del Caribe.
Usted dice que él tuvo mucha conexión también con el pueblo llano, el pueblo de a pie, y a nivel transversal como usted lo señala, de Petare al Country Club. ¿En qué radica eso? ¿Una capacidad propia, un carisma de Chávez o qué área?
– Hay gente que pudiera negar eso, yo lo viví al lado de él. Yo estuve presente en muchos eventos en distintas partes del país, no sólo en Caracas, en general, y vi en primer lugar un dolor enorme por la pobreza. Yo lo vi llorar antes de otros tiempos, lo vi llorar ante la pobreza, el dolor de lo que eso significa, de lo que eso nos debería conmover y hacer actuar, pero también lo vi en una clara concepción de que en la medida en que se empodere, se organice el pueblo, es que se puede superar y se puede llegar a las aspiraciones, valores, creencias, necesidades del pueblo venezolano. Yo viví eso acompañándolo en una serie de actividades, desde intervenciones en la Academia de Ciencias Políticas y Sociales de orden conceptual hasta el ámbito internacional.
Yo recuerdo todavía la reunión de Quebec, donde él estando en Quebec me pide que ayude en la redacción de una especie de reserva al documento que iba a salir para que colocáramos la democracia participativa como forma de superar la democracia burguesa, la democracia neoliberal, la democracia tradicional, fundamentalmente de las cúpulas de los partidos políticos. Trabajamos en eso y se logró, está en la declaración de Quebec sobre la democracia, que como tú sabes es el antecedente de este tratado, acuerdo de Washington en materia de derechos democráticos.
Para ir finalizando ya, a propósito de la formación de Chávez, él destacaba mucho en sus programas por estar enseñando pedagógicamente siempre, estaba él constantemente aprendiendo y hacía que los demás también estuvieran aprendiendo, en un debate constante. ¿Eso le parece a usted una característica a destacar del proceso? ¿Cómo lo evalúa usted? Considerando que hay algunos que dicen que el Chávez que ganó la Presidencia es distinto al Chávez que fue en campaña y al Chávez que finalmente está con el pasar de los años.
– A mí me parece que fue exactamente el mismo, lo que cambian son las circunstancias. No es lo mismo cuando Chávez llega al poder, estoy extremando gráficamente, no hay un dólar en el erario nacional y ni siquiera hay cómo pagar a los empleados de la administración pública. Avanza, él se va a recorrer los países de la OPEP, sube inmediatamente el precio del barril petrolero y ahí comienza un esfuerzo por las llamadas misiones, grandes misiones, para menguar de alguna manera la desesperanza, el dolor, las necesidades, el hambre, el tema de la educación del pueblo venezolano. Se avanzó bastante hacia lo que la Constitución hoy llama en el artículo 2 “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”.
Ahora, hay un elemento que a mí me llamó siempre la atención de Chávez. No es la connaturalidad, el sentimiento de amor con el pueblo, eso llama la atención claro está, pero en el trabajo permanente me daba cuenta que tenía una enorme, gigantesca capacidad memorística y además muy dialéctica, muy crítica en algunos momentos.
Me ocurrió cuando él me pide acompañarlo a la Academia de Ciencias Políticas, me dice vamos a conversar sobre el tema constituyente en profundidad, vamos a hacerlo en profundidad. Eso fue por decirlo hoy y al otro día era el evento, eso está en un libro mío por cierto, y él hace una exposición que asombró a todos los que estaban allí, a pesar de la actitud negativa, porque cuando llegamos la mitad de los miembros numerarios de la Academia se paró y se fue, quedaría una mitad y eso no lo perturbó para nada, sino que hizo una exposición de estado sobre el tema del poder constituyente y de cómo el poder constituyente transformador en democracia debe serlo a partir del pueblo y no de otra manera, porque la soberanía reside en el pueblo. Él manejó los conceptos con muchísima claridad, con mucha precisión y me di cuenta que impresionó.
Eso también ocurría en los discursos. Era una persona leída, muy metida en lo telúrico de nuestra realidad. Yo una vez le dije a la BBC de Londres, fue una entrevista en la casa, pero eso hace tiempo, yo le dije hasta que ustedes no comprendan qué es un liderazgo telúrico, no van a entender a Chávez. Él es un liderazgo de la tierra, él es un liderazgo de esta realidad, él es un liderazgo que conmueve el campesino, que conmueve al obrero. ¿Por qué? Porque él expresa esa cultura autóctona que nos identifica, una manera de ser, una forma de actuar.