Alberto Fujimori, falleció a los 86 años sin reconocer crímenes por los que fue condenado a 25 años de prisión, incluyendo violaciones a los derechos humanos y corrupción.
Su deceso, tras una prolongada enfermedad, ocurrió en la residencia de su hija, Keiko Fujimori. A pesar de su oscuro legado, el gobierno ha decretado tres días de duelo nacional. Fujimori deja pendiente una millonaria reparación civil al Estado y varios juicios en proceso. Su figura, asociada con el autoritarismo y la represión, sigue polarizando a la sociedad peruana, mientras sus seguidores intentan reivindicarlo, pese a las graves violaciones cometidas durante su régimen.
Alberto Fujimori falleció a los 86 años debido a complicaciones derivadas del cáncer de lengua que padecía. En los días previos, había sido ingresado en una clínica local tras el rápido deterioro de su salud. A pesar de recibir atención médica, su deceso fue confirmado el 11 de septiembre, y sus restos ahora son velados en la sede del Ministerio de Cultura, acompañados por su familia y seguidores.
Alberto Fujimori deja un legado de casos judiciales sin resolver y una reparación civil pendiente de más de 15 millones de dólares.
La muerte de Fujimori desatará una disputa sobre su legado. Mientras algunos lo reconocerán por su papel en la supuesta estabilización económica y la lucha contra el terrorismo, otros lo recordarán por los graves crímenes y escándalos asociados a su gobierno.
El exdictador peruano enfrentó en los últimos años cáncer de lengua, infartos cerebrales y depresión, complicaciones que marcaron su vida final.
Aarón Rodríguez, Lima
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