Estados Unidos y México reanudaron el viernes conversaciones de alto nivel sobre la crisis migratoria, en un contexto electoral en el cual los republicanos aumentaron la presión sobre la administración Biden para que adopte medidas más duras antes de los comicios presidenciales de este año.
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El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, recibió a su homóloga mexicana, Alicia Bárcena, apenas tres semanas después de que él realizara su propia visita a México. En las conversaciones celebradas en el Departamento de Estado también participaron el secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Interior del presidente Joe Biden, Liz Sherwood-Randall.
La rápida sucesión de reuniones refleja, de acuerdo a Washington, un esfuerzo de Biden por proyectar una postura firme sobre la inmigración mientras los republicanos en el Congreso exigen más acciones para frenar la afluencia de inmigrantes, al tiempo que amenazan con cancelar la ayuda estadounidense para Ucrania en el contexto de su conflicto con Rusia.
Biden ha expresado que está de acuerdo en que el sistema de inmigración estadounidense está “roto” y que está dispuesto a hacer concesiones para endurecer los controles en la frontera sur.
El expresidente Donald Trump, con posibilidades reales de regresar a la Casa Blanca, está haciendo una intensa campaña basada en el sentimiento antiinmigrante, diciendo que los recién llegados están “envenenando la sangre de nuestro país”.
Durante su visita a México el 27 de diciembre pasado, Blinken se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien luego dijo que se habían alcanzado “acuerdos importantes” para manejar la crisis.
Se espera que los funcionarios estadounidenses y mexicanos discutan “cómo está funcionando operativamente entre nuestros dos Gobiernos, qué está funcionando, cómo podemos adaptarnos”, ha dicho Bárcena.
De acuerdo con anuncios previos, las conversaciones del viernes también preveían examinar la situación en Guatemala y en la selva del Darién entre Colombia y Panamá, donde los migrantes que se dirigen al norte enfrentan condiciones peligrosas, dijeron en Washington.
Un récord de 520.000 inmigrantes, entre ellos 120.000 menores, cruzaron el año pasado a través de la selva del Darién en ruta hacia Estados Unidos, según el Gobierno panameño.
Asimismo, la migración no regulada a Estados Unidos alcanzó un nivel récord durante 2023.
Desde octubre de 2022 hasta septiembre pasado, casi 2.5 millones de migrantes cruzaron la frontera de México a Estados Unidos, según la policía fronteriza estadounidense.
La frontera de casi 3.200 kilómetros ha dificultado a las autoridades estadounidenses detener el flujo de migrantes, que no han dudado en acudir a la violencia para intentar detenerlo.