El expresidente de Bolivia, Evo Morales, denunció supuestos casos de corrupción en el seno del Gobierno y exigió una renovación del gabinete.
Bolivia vive un escenario de creciente polarización política. Una marcha liderada por el expresidente Evo Morales concluyó el lunes en La Paz, con enfrentamientos entre partidarios del exmandatario contra sectores que apoyan la continuidad en el gobierno del presidente Luis Arce.
Al dirigirse a sus partidarios al cierre de la movilización popular, Morales denunció supuestos casos de corrupción en el seno del Gobierno y exigió una renovación del gabinete. También fijó un plazo de 24 horas para resolver temas acuciantes como la escasez de combustible. De lo contrario, las protestas continuarán.
En medio del creciente descontento popular por la difícil situación económica, los miles de seguidores de Evo Morales exigieron además su habilitación como candidato para las elecciones de 2025, a pesar de tener una prohibición constitucional. Desde el Gobierno han exigido respeto por la Constitución del país.
El presidente boliviano denunció además que los promotores de las protestas persiguen objetivos políticos concretos, incluida la conclusión anticipada del actual mandato presidencial.
Durante la marcha convocada por el expresidente Evo Morales se registraron varios enfrentamientos entre sus partidarios y quienes apoyan al mandatario Luis Arce. Los choques dejaron decenas de lesionados conllevando a la intervención de la Policía, que acudió con motocicletas y utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los militantes.
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