La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos se mostró preocupada por el aumento de la violencia en Colombia en 2022, y calificó de “grave” el asesinato de 116 activistas, la cifra más alta desde 2017, informaron el viernes medios locales.
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Según Juliette De Rivero, representante de esa dependencia de la ONU en Colombia, “La situación sigue siendo muy grave en los territorios y rindo homenaje a las víctimas (…) en 2022 siguen habiendo altos niveles de masacres (y) homicidios de personas defensoras”.
Está cifras rutilaron tras la presentación del informe anual sobre la situación de los derechos humanos en la nación sudamericana, cuyo texto registra un aumento de los ataques letales contra los activistas humanitarios, similar a los niveles de 2017, cuando se desmovilizó la guerrilla de las FARC y se contabilizaron 120 asesinatos.
En 2022 el organismo multinacional verificó 92 masacres —consideradas como asesinatos de tres o más personas en un mismo hecho— frente a 78 el año anterior y 76 en 2020. Al menos 321 personas murieron en estos ataques el año pasado, resaltó la especialista.
La población desplazada también creció, pasando de unas 72 000 personas en 2021 a 82 000 en el cotejo más reciente, siendo la mayoría, un 65 por ciento, indígenas y afros.
La cantidad de defensores de derechos humanos asesinados, 116, también superan los 100 casos del informe anterior y los 94 de 2020. En 2017 fue la última ocasión en que el conteo superó las 100 víctimas, cuando las FARC entregaron sus armas como parte de un acuerdo de paz firmado en 2016.
Aunque el pacto redujo la intensidad del conflicto armado, múltiples grupos armados , entre paramilitares, disidencias y bandas de narcotraficantes, continuaron operando en varias regiones del país, desafiando al Estado y a los representantes internacionales.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, asumió en agosto del año pasado y busca desactivar el conflicto armado en la mesa de negociaciones.
La oficina del Representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se estableció en Colombia en 1997 y su mandato ha sido renovado en varias ocasiones para observar, asesorar e informar sobre los Derechos Humanos en medio de un conflicto armado de medio siglo con más de nueve millones de víctimas.