La Cámara Federal de Casación de Argentina ratificó la condena de seis años de prisión para la expresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
Este es el veredicto de segunda instancia que enfrenta la exmandataria, quien ahora se encuentra ante la única opción de recurrir a la Corte Suprema de Justicia en un intento por revertir un dictamen trascendental que amenaza su porvenir político.
“La ‘Causa Vialidad’ empezó como un show y va a terminar de la misma manera (…) no existió ni una sola prueba en mi contra”, así advirtió Fernández de Kirchner con claridad la víspera, consciente de que el tribunal desestimaría su solicitud para revocar la condena.
El propósito fundamental de este proceso, subrayó, es asegurarse de que nunca más tenga la oportunidad de ocupar un cargo público. “Lisa y llanamente proscripción de por vida”, afirmó en una carta en la que calificó al juicio como “un zafarrancho del partido judicial” que en toda América Latina ha perseguido a líderes de gobiernos populares, nacionales y democráticos como Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador).
“Sepan que hagan lo que hagan, no van a hacerme callar. No fui ni seré nunca mascota del poder”, rechazó firmemente las acusaciones en su contra, atribuyéndolas a una caza implacable en su perjuicio.
De hecho, la sentencia de Casación sólo se realizará si es corroborada por la Corte Suprema, el máximo órgano de justicia que generalmente retrasa años en este tipo de fallos, razón por la cual Fernández de Kirchner no corre peligro de ser arrestada inmediatamente, y podrá postular en las elecciones legislativas de 2025 si asó lo aspira. De toda manera, en el peor de los casos, cumpliría prisión domiciliaria, un beneficio otorgado a las personas mayores de 70 años.
Los jueces Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Diego Barroetaveña divulgaron su decisión en medio de una fuerte expectativa política, ya que Fernández de Kirchner acaba de regresar a los primeros planos de la política nacional luego de haber sido nombrada como presidenta del Partido Justicialista (peronista), lo que oficializó su papel como la principal líder de la oposición al presidente Javier Milei.
El 6 de diciembre de 2022, la expresidenta recibió su veredicto tras un extenso proceso judicial que se prolongó durante tres años y medio. A lo largo de este tiempo, 13 acusados, más de 100 testigos y una serie de controversias que incluyeron denuncias de parcialidad de los funcionarios del sistema judicial, marcaron un juicio que capturó la atención y el debate público.
Hoy en la sede de SMATA realizamos la primera reunión de trabajo con los compañeros y las compañeras de la lista Primero la Patria y la Junta Electoral del Partido Justicialista hizo entrega de los diplomas a todos los integrantes del Consejo del Partido.
Muchas gracias a todos… pic.twitter.com/S0I3TeoSof
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) November 12, 2024
Durante este trámite legal, los fiscales solicitaron una condena de 12 años. Sin embargo, los jueces decidieron que era excesivo, reduciendo la pena a la mitad. La acusada fue exonerada del cargo de “asociación ilícita” y solo se la encontró culpable por “administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública”.
Todo esto se desarrolló en el contexto de lo que los medios denominaron “causa vialidad”, en la que se imputó a Fernández de Kirchner por supuestamente liderar una red delictiva. Esta organización habría otorgado, durante sus dos mandatos (2007-2015) y el de su difunto esposo, Néstor Kirchner (2003-2007), cuantiosos recursos de obras públicas al empresario Lázaro Báez, un cercano amigo y socio de la pareja.
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