Los tejidos inteligentes están aportando la sensación de tacto real en experiencias virtuales, haciéndolas más inmersivas. El que hoy hablamos asume casi la función de una segunda piel y busca permitir a los padres «tocar» a sus hijos enfermos de forma aislada.
El tacto es un gran aliado en la asistencia sanitaria, influyendo positivamente en el proceso. Después de todo, provoca la liberación de hormonas beneficiosas, reduce el estrés, estimula el sistema inmunológico e incluso puede aliviar el dolor.
Debido a su importancia, especialmente en la vida de los niños, científicos de la Universidad de Saarland, en Alemania, desarrollaron un tejido inteligente. Con él, los niños gravemente enfermos y aislados tienen la oportunidad de sentirse cerca de sus padres.
Un tejido inteligente podría devolver la sensación del tacto físico
El tejido inteligente, de 50 micrómetros de espesor, funciona como una segunda piel. Esto equivale aproximadamente a 0,0019685 pulgadas (o 0,05 milímetros). Además, está hecho de silicona y es tan fino como una película.
Según Paul Motzki, profesor de la Universidad del Sarre, "en cada lado de la película ultrafina se imprime una capa conductora de electricidad altamente flexible para crear lo que se conoce como un elastómero dieléctrico".
El profesor explicó que si aplicamos tensión a la película de elastómero, "los electrodos se atraen, comprimiendo el polímero y provocando que se expanda hacia los lados, aumentando así su superficie".
La película deja la impresión del toque de los padres de los niños. Cuando entran en contacto, cambian la "capacitancia eléctrica de la película, una cantidad física que se puede medir con precisión". Luego, envía la secuencia al niño que lleva la segunda piel. La película capta el tacto y lo transmite.
Además, los científicos son capaces de regular y controlar la velocidad y el grado de sensibilidad del tacto:
Podemos hacer que la película realice movimientos de flexión continuamente controlados para ejercer una presión cada vez mayor sobre la piel, o podemos hacer que permanezca en una posición fija.
Explicó Sipontina Croce, estudiante de doctorado.
A pesar de la amplia gama de aplicaciones de la tecnología, su objetivo principal es resolver de forma aislada el problema de la falta de tacto de los niños.
Durante la Hannover Messe de este año, una conferencia sobre innovación, los responsables de este tejido inteligente demostrarán con un reloj que pueden transformar el toque de un dedo en "largos movimientos de caricia". Además, pueden amplificar una sensación con una pequeña cantidad de película física.