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Los rescatistas continúan con la difícil labor de liberar a los nueve mineros sepultados desde el jueves en la mina artesanal Cabeza de Negro, en Ica, que resultaron ilesos tras el derrumbe, pero se encuentran deshidratados y podrían estar sufriendo “cuadros de alteración de la salud mental”.
El ingeniero Alarcón, de la empresa minera Vilpo y encargado del diseño del rescate, señaló que durante la madrugada se produjo un nuevo colapso que está complicando la situación de los trabajadores en el socavón, los cuales son alimentados mediante una manguera, por donde también se les suministra agua y aire.
De otro lado, el teniente de las Casas del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú indicó que ya solicitaron al vicepresidente regional que les provea de equipos a los técnicos para que apuntalen la zona del derrumbe, así como la presencia de 40 obreros, víveres, baños, entre otros.
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Extraído de Peru21