Donald Trump no tardó en poner en práctica sus políticas anti migratorias a través de la persecución y arresto de cientos y cientos de personas indocumentadas en EEUU.
Cierre y militarización de la frontera Sur, despliegue masivo de guardia nacional, policías migratorias y estatales. Cancelación de visados, persecución de estudiantes, entre otros. En tan solo unos días la Casa Blanca de Donald Trump se ha convertido en el cuartel general de la guerra en contra de los inmigrantes y comunidades de color.
Datos del Consejo Nacional de Migraciones señalan que en EEUU 13 millones de personas carecen de visados o documentos de permanencia. Los planes del presidente son ambiciosos. Deportar a este volumen de personas tendría un costo superior a los 350 Mil millones dólares y podría tomar más de una década.
Con redadas en Chicago, Nueva York, Washington, Florida, Texas y otros los trabajadores migrantes temen salir a las calles. Esto incluye a familias con hijos estadounidenses, lo cual se traduce en ausentismo escolar.
Mientras, organismos aseguran que actualmente alrededor de 40 Mil personas y contando se encuentran detenidas en la red de cárceles del sistema migratorio estadounidense. Algunas, herencia de la anterior administración.
Trump también pretende la modificación de la décimo cuarta enmienda constitucional; la noción fundamental de “jus soli” o ciudadanía por nacimiento. 22 estados iniciaron litigios en contra del argumento.
Otras medidas del presidente incluyen suspender visados y eventualmente deportar a los estudiantes que formaron parte de las marchas en solidaridad con Palestina el año pasado.
Marcelo Ali Sánchez, Washington.
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