El tiempo transcurre sin pausas ni descansos, y todo parece indicar que los emblemáticos deportes del vóley y el básquet -que tantos lauros dieron a nuestra querida Ica- se encuentran purgando una sentencia injusta que los vienen sumiendo en el más completo olvido, por obra y gracias de quienes se proclamaron sus salvadores y que hasta el momento solo consiguieron el alejamiento de dirigentes que sí querían trabajar en beneficio de esos deportes.
No nos cansaremos de seguir insistiendo en tocar el lado sensitivo de personas que en algún momento estuvieron ligados a dichos deportes y tratan de rescatarlos, y así puedan brindar a nuestra juventud la práctica del deporte de su preferencia.
Qué lejanos vemos ahora esos emotivos encuentros que tuvimos el privilegio de ver en el inolvidable Coliseo Municipal de Deportes, que, dicho sea de paso, viene corriendo la misma suerte de parte de nuestras autoridades.
El vóley femenino es el deporte que más lauros ha brindado a Ica. Como carta de presentación tiene la conquista de nueve campeonatos nacionales en forma consecutiva y uno alternado. Además, fue la base del Seleccionado Nacional del Perú que en el año 1967 conquistara, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, su primer título sudamericano, rompiendo la hegemonía de Brasil. Es verdad que ya existimos muy pocos los que tuvimos el privilegio de gozar esas inolvidables hazañas que repercutieron en todo el país y catalogar a Ica como la cuna del vóley nacional. Esas hazañas nunca fueron tomadas en cuenta y poco a poco el deporte de la net alta se fue quedando hasta quedar en la situación que hoy se encuentra. Los buenos dirigentes se alejaron, unos por salud y otros por diversos motivos que le impedían seguir al frente de la dirigencia.
Actualmente solo nos limitamos a las competencias de los Campeonatos Nacionales de los Juegos Escolares que todos los años organiza el Ministerio de Educación. Hace alrededor de 30 años que Ica no cuenta con una Liga, ni distrital ni provincial, y por lo tanto no hay competencias oficiales. En esta provincia actualmente existen alrededor de 10 academias de vóley y ninguna de ellas se ha preocupado de reactivar el vóley iqueño. Esas academias pueden convertirse en clubes y de esta forma cumplir con el requisito necesario para formar la Liga Distrital. Algunas de ellas manifestaron que ese era su propósito, pero hasta ahora, nanay. Con intenciones no basta. Hay que tomar al toro por las astas y comprometerse para tratar de rescatar al vóley de la prisión del olvido en la que hoy se encuentra.
En lo que respecta al básquet, su situación es muy similar a la del vóley. Desde la salida del inolvidable y siempre bien recordado ingeniero Alfonso Mendoza Tataje, quien por intrigas se vio obligado a alejarse de la Liga de Básquet de Ica, el deporte de la canasta no ha tenido una dirigencia capaz de mantenerla a flote.
Lamentablemente, en Ica siempre han existido seudos dirigentes que escondidos en la sombra de la intriga han menoscabado el trabajo de los buenos dirigentes. Ni siquiera los autoproclamados salvadores del básquet iqueño han tenido la sapiencia de tomar las riendas de la Liga de Ica y solo se limitaron a ocasionar el alejamiento de nuevos dirigentes que sí querían trabajar, pero las intrigas y la envidia los hicieron desistir de sus sanos propósitos.
A cuántas generaciones de jóvenes varones y damas se les ha negado la ilusión de competir en forma oficial. En Ica siempre ha existido una cantera de basquetbolistas. Talentos a los que se les ha negado ese caro anhelo. Qué lejanos están esos tiempos en que veíamos al Coliseo Municipal de Deportes abarrotado de aficionados ávidos de espectar esos encuentros que protagonizaron los quintetos del Sebastián Barranca, Atlético Ferrocarril, Atlético Bilis, Atlético Montecarlo, Unión Edén, Deportivo Huánuco, Víctor M. Maúrtua, Víctor Bielich. Como dice el dicho, “vivir es recordar”, es lo único que nos queda a los pocos y añosos aficionados al deporte de la canasta; y pensar que en el año 1963 Ica se proclamó campeón nacional. Ese inolvidable lauro nunca fue tomado en cuenta, ni mucho menos respetado.
