El vicecanciller iraní subraya que los países que se autodenominan defensores de los derechos humanos siempre han generado retos para Irán, como la imposición de sanciones, y han violado los derechos de los iraníes.
“Los autoproclamados abanderados de los derechos humanos en el mundo han creado numerosos desafíos para Irán, a través de sanciones y apoyo a terroristas, y han infringido flagrantemente los derechos de la nación iraní”, afirmó el vicecanciller para Asuntos Jurídicos e Internacionales de Irán, Kazem Qaribabadi, durante una reunión celebrada el jueves, en Ginebra, con la participación de países bajo la supervisión de los mecanismos políticos de derechos humanos de la ONU.
Qaribabadi expresó su preocupación y fuertes críticas al doble rasero, los enfoques selectivos y la explotación política e instrumental de los derechos humanos.
“Han acusado descaradamente a Teherán de violar los derechos humanos y han puesto en marcha mecanismos políticos en su contra con el objetivo de ejercer más presión, añadió”.
“Hemos sido testigos de la masacre de más de decenas de miles de personas en Gaza. Estos autoproclamados guardianes de los derechos humanos no tomaron ninguna medida contra el régimen sionista, sino que lo apoyaron”, agregó.
Según Qaribabadi, la imposición de mecanismos políticos e injustos relacionados con los derechos humanos en los países en desarrollo se considera una intervención en los asuntos internos de dichos Estados y una violación de su soberanía.
El vicecanciller iraní enfatizó que las medidas políticas adoptadas por los autodenominados defensores de los derechos humanos se dan en un contexto en el que ellos mismos violan de manera generalizada los derechos de su propio pueblo y de otras naciones.
Estas declaraciones fueron realizadas mientras los embajadores presentes en la reunión expresaban su preocupación por el abuso de los derechos humanos, señalando que los mecanismos de monitoreo actuales son ineficaces, selectivos y politizados.
Asimismo, acordaron continuar coordinándose en la próxima sesión del Consejo de Derechos Humanos, programada para marzo, con el objetivo de enfrentar los enfoques politizados en materia de derechos humanos y presentar y dar seguimiento a sus posiciones de manera unificada y conjunta.
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