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“Debería haberlo escuchado, porque él seguía diciéndome ‘estoy mareado, estoy mareado’, y yo seguía diciéndole ‘levántate'”, declaró la mujer quien agredió al menor como castigo por no haber terminado sus deberes.
Una mujer de 29 años fue acusada este martes en EE.UU. de asesinato en segundo grado por haber matado con extrema crueldad a su hijo porque no había terminado sus deberes.
Los documentos de acusación presentados ante el Tribunal Superior del condado de King (estado de Washington) indican que la víctima, de 14 años, fue golpeada hasta la muerte con un cable alargador en la casa de su madre, Denaya J. Young, el pasado 30 de enero. El cuerpo del adolescente tenía al menos 1.172 heridas, incluidas 74 en el rostro y la cabeza, detallan medios locales.
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Los forenses determinaron que Jemiere Da’metrius James Robinson recibió tantas lesiones que sufrió un síndrome de respuesta inflamatoria repentina, que provoca que la sangre se dirija a tantas partes del cuerpo que no puede abastecer al corazón. La mujer habría estado golpeando al menor durante tres horas hasta que este dejó de respirar.
“Perdió la cuenta” de los golpes
El adolescente vivía con su progenitora desde agosto después de que la mujer no lo devolviera a su hermana, la tutora legal. El fiscal explicó que el menor estuvo pidiendo ayuda mientras su padrastro, su hermano de 5 meses y sus hermanas de 4 y 6 años estaban en casa.
Fue la propia Young quien llamó a emergencias cinco minutos después de que su hijo se desplomara y dejara de moverse. “Fui yo”, dijo cuando los agentes llegaron al domicilio. “Dejé que la ira se apoderara de mí con el cable alargador“, confesó, afirmando que “perdió la cuenta” de cuántas veces había golpeado al chico.
“Debería haberlo escuchado, porque él seguía diciéndome ‘estoy mareado, estoy mareado‘, y yo seguía diciéndole ‘levántate‘”, declaró la mujer, quien admitió que empezó a agredir físicamente al menor en noviembre. En confirmación a sus palabras, los expertos encontraron entre 10 y 20 lesiones que parecían ser anteriores al ataque del 30 de enero.
A su vez, el padrastro del adolescente afirmó haber visto a su pareja perseguir a su hijo por toda la casa, golpeándolo repetidamente. Sin embargo, dijo que prefirió no intervenir porque consideró que la “mejor opción es ocuparse de sus propios asuntos“.
Actualmente, Young se encuentra recluida en la cárcel del condado bajo una fianza de 3 millones de dólares. Su próxima audiencia judicial está fijada para el 13 de febrero.