Publicado:
Los patrocinadores del régimen de Kiev, en general, se abstuvieron de comentar la operación lanzada por Ucrania la semana pasada, señala el medio.
La incursión de las fuerzas ucranianas en la provincia rusa de Kursk ha generado reacciones cautelosas y potencialmente divisiones entre los aliados occidentales de Kiev, indica la agencia Bloomberg citando a funcionarios occidentales.
“Los aliados de Kiev se abstienen, en gran medida, de juzgar la ofensiva ucraniana en territorio ruso en medio de la incertidumbre sobre el objetivo último de una operación que ha tratado de redibujar el mapa de dos años y medio” del conflicto, señala el medio.
Mientras algunos socios de la OTAN han respaldado la decisión de enviar tropas a una zona de Rusia, describiendo la operación como forma legítima de autodefensa, otros han expresado de manera pública y privada su preocupación ante los riesgos del desvío de fuerzas muy demandadas, que podría causar el colapso ucraniano en la línea principal de frente y “potencialmente sembrar divisiones entre los aliados de Kiev”, advierte Bloomberg.
Al respecto, entre los factores perjudiciales se encuentra la falta de objetivos claros de la incursión que, el 6 de agosto, tomó por sorpresa a los patrocinadores occidentales de Ucrania. Un alto cargo occidental, citado por el medio, apuntó que si el objetivo era ganar una moneda de cambio para negociaciones, el tiempo escogido para la ofensiva podría no jugar a favor de Kiev.
El máximo responsable de área en criticar abiertamente la operación ucraniana ha sido el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, quien lo describió como una escalada que alejaría cada vez más el alto el fuego, palabras que provocaron de una reprimenda por parte de la primera ministra de su país, Giorgia Meloni.
Un funcionario occidental que habló bajo condición de anonimato afirmó que los aliados de la OTAN no consideran probable que las fuerzas ucranianas sean capaces de retener el territorio ruso.
- En la ofensiva a Kursk participaron casi 12.000 combatientes ucranianos, según el comandante de las fuerzas especiales rusas Ajmat, Aptí Alaudínov. Los militares rusos lograron impedir su avance y eliminaron un gran número de efectivos y equipos bélicos ucranianos en la zona.