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Incluso cuando se dio a conocer el intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente, los servicios especiales de Polonia seguían presionando al periodista para que admitiera su culpa no existente.
El periodista hispano-ruso Pablo González, liberado en el marco del histórico canje entre Rusia y Occidente, ha revelado detalles de su permanencia de más de dos años en una cárcel polaca, después de que Varsovia lo acusara de espiar para Moscú, pero nunca presentara pruebas de ello.
González fue detenido en febrero de 2022 en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania, cuando cubría el conflicto ucraniano. El periodista recuerda que durante los primeros nueve meses de su detención estuvo privado de contacto con su familia y su defensa. Las autoridades polacas prolongaron siete veces su prisión preventiva sin concretar fecha de juicio, presentar pruebas, ni tampoco formalizar una acusación concreta.
Además, durante todo ese tiempo le amenazaron y le presionaron, incluso le sugirieron suicidarse. “La sesión con el psicólogo duró 15 minutos, de los cuales 13 fueron su monólogo. Me dijo que, si me pasaba algo, si me sentía mal, podía intentar suicidarme”, dijo González a medios rusos.
Según el periodista, incluso cuando se reveló la noticia del intercambio de prisioneros, los servicios especiales de Polonia seguían presionándolo para que admitiera su presunta culpa, señalando que al final, fue incluido en la lista del canje ya que el proceso fue manejado desde Washington.
“En un momento dado, entran representantes de Rusia y piden a todos los extranjeros que salgan. Entonces entraron los militares. En ese momento, quedó claro que no eran nuestros carceleros, sino nuestros defensores“, contó.
- González nació en Moscú y es nieto de un ‘niño de la guerra’, los menores que fueron enviados a la URSS para escapar de la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939. Precisamente, su defensa alegó que la acusación solo se basa en su doble nacionalidad rusa y española.