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La UNRWA es “parte del problema en la Franja de Gaza y no parte de la solución”, denunció el canciller israelí.
El ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, ha ordenado al director general del Ministerio de Asuntos Exteriores, Yaakov Blitstein, que informe este lunes a la ONU de la cancelación del acuerdo de 1967 que formó la base jurídica para las relaciones entre Israel y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés), informa el canal israelí Kan.
“UNRWA —organización cuyos empleados participaron en la masacre del 7 de octubre y muchos de cuyos trabajadores son agentes de [el movimiento palestino] Hamás— es parte del problema en la Franja de Gaza y no parte de la solución. A la ONU se le presentaron innumerables pruebas sobre agentes de Hamás que trabajan en la UNRWA y sobre el uso de las instalaciones de la UNRWA para esos fines y no se hizo nada al respecto”, afirmó Katz.
Además, la Cancillería israelí denunció que los empleados de la agencia que son miembros de Hamás y del grupo Yihad Islámica no fueron despedidos y que “no se hizo nada con respecto a la violación de la neutralidad de las instalaciones de la UNRWA“. Por otra parte, la organización “no cambió los libros de texto ni el contenido incitante” que se enseña en las escuelas de la UNRWA, a pesar de “los compromisos de la UNRWA con los países donantes y con Israel de retirar estos materiales de inmediato”.
A finales de octubre, el Parlamento de Israel, la Knéset, sacó adelante la ley que prohíbe las actividades de la UNRWA en el país. El legislador Boaz Bismuth definió la ley aprobada como “un llamamiento a la justicia y una llamada de atención”. “La UNRWA no es una agencia de ayuda a los refugiados. Es una agencia de ayuda para Hamás”, sostuvo.