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Según un asesor de Vladímir Zelenski, los ataques ucranianos contra los civiles “tendrán un impacto psicológico” en los ciudadanos rusos, y el avance de las tropas ucranianas dentro de Rusia los “asustará”.
El intento de incursión de las tropas ucranianas en la provincia rusa de Kursk es necesario para intimidar a la población rusa y poner a Ucrania en una posición más favorable en las negociaciones de paz, declaró este jueves Mijaíl Podoliak, asesor del líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski.
En opinión de Podoliak, “escalada es solo lo que está haciendo Rusia”, mientras que Ucrania “intenta de llegar a una paz justa”. “Pero la Federación Rusa no responderá a ninguna de las propuestas hasta que no reciba las represalias agresivas adecuadas”, dijo en una entrevista televisiva.
Según sus palabras, para que en la mesa de negociaciones Moscú “sea más o menos adecuada, acepte lo que está ocurriendo y no se comporte con arrogancia”, deben funcionar “tres instrumentos coercitivos“, uno de los cuales son acciones militares de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
“¿Será positivo si añade pérdidas adicionales a Rusia? Sí, por supuesto. Si aumenta el coste de la guerra en términos cuantitativos directos: más vehículos blindados destruidos, pérdida de territorio ruso, pérdida de personas, en mayor número, afectará a la forma en que perciben su guerra, por supuesto”, explicó.
Añadió que los ataques ucranianos de este tipo también “tendrán un impacto psicológico” en los ciudadanos rusos, y el avance de las tropas ucranianas dentro de Rusia los “asustará”. “¿Reaccionan a algo más que al miedo? No. Por fin debemos darnos cuenta de esto: cualquier compromiso es percibido por la Federación Rusa como tu debilidad”, dijo, subrayando que para obligar a Rusia a sentarse a la mesa de negociaciones e imponerle la voluntad de Ucrania, Moscú debe “comprender que la guerra no se desarrolla según su escenario”.
Ataques deliberados contra civiles
El martes 6 de agosto, hasta 1.000 combatientes de las tropas del régimen de Kiev emprendieron un intento de incursión fronteriza con el fin de apoderarse de una parte del territorio de la provincia de Kursk. Los ucranianos dispararon deliberadamente contra las zonas civiles con diversos tipos de armas, incluidos cohetes.
Como consecuencia de la agresión ucraniana, murieron al menos cuatro civiles, dos de ellos personal de una ambulancia, que fue atacada por un dron ucraniano. Al menos 66 personas, entre ellas nueve niños, resultaron heridos.
Uno de los soldados del régimen ucraniano abrió fuego contra vehículos civiles, matando a una mujer embarazada que intentaba evacuarse junto con su familia de la zona de bombardeos.
Además, las tropas de Kiev atacaron con un dron a un coche de periodistas. El corresponsal de guerra ruso Yevgueni Poddubny, que a lo largo de su carrera ha viajado a varios puntos calientes, como Ucrania, Siria, Afganistán, Libia, Irak y Líbano, sobrevivió y está recibiendo tratamiento.
El miércoles, el Ministerio de Defensa de Rusia declaró que las fuerzas rusas lograron impedir el avance de los ucranianos y eliminaron a un gran número de efectivos y equipos bélicos tanto en el territorio de la provincia como en el de la región ucraniana de Sumy, fronteriza con Kursk. Según los últimos datos de Defensa, desde el comienzo de los combates en la dirección de Kursk, Kiev perdió más de 660 militares y 82 unidades de vehículos blindados, incluidos ocho tanques.