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Aunque han infligido fuertes daños a Hamás, las Fuerzas de Defensa de Israel no podrán cumplir uno de los objetivos claves de la operación, consideran expertos estadounidenses.
Israel llegó ya al límite de lo que puede hacer militarmente en la Franja de Gaza, por lo que la continuidad de las hostilidades no tendrá efectos positivos para el Gobierno de Benjamín Netanyahu, aseguran altos cargos gubernamentales de Estados Unidos, a los que cita The New York Times.
Proseguir con la campaña militar solo agrava el riesgo de nuevas bajas civiles en el enclave palestino, donde el saldo mortal estimado ronda las 40.000 personas desde octubre del año pasado.
Aunque las Fuerzas de Defensa de Israel han asestado un grave golpe a Hamás, no podrán eliminar por completo el movimiento gazatí, afirman las citadas fuentes del ámbito de seguridad del país norteamericano, cuyo Gobierno se esfuerza por hacer que se reanuden las negociaciones sobre el alto el fuego entre las partes del conflicto.
Los funcionarios coinciden en que la operación militar israelí ya ha causado un daño mayor a Hamás a lo que se preveía al comienzo de las hostilidades. Así, los militares israelíes pueden desplazarse libremente por la Franja, mientras Hamás ha quedado ensangrentado y perjudicado: según estimaciones de Israel, unos 14.000 combatientes del grupo han sido matados o capturados. Por su parte, las agencias de inteligencia estadounidenses tienen estimaciones más conservadoras, aunque no revelan una cantidad precisa, señala el medio.
Asimismo, Israel ha destruido o tomado bajo control las rutas claves de suministro desde Egipto a Gaza, reduciendo las opciones de reposicionamiento de los recursos de Hamás y su ala armada.
Sin embargo, uno de los objetivos cruciales de la operación militar israelí, como es la recuperación de unos 115 rehenes vivos o muertos que permanecen en la Franja desde que fueron capturados durante la incursión de Hamás en el territorio israelí el 7 de octubre, no se puede cumplir por la vía militar, sostienen los varios funcionarios estadounidenses e israelíes, tanto antiguos como actuales, consultados por NYT.