En la central nuclear de Zaporiyia, bajo control ruso, se ha producido un incendio, que desde el Kremlin definen como “acto de terrorismo nuclear” de Ucrania.
Una explosión en la torre de refrigeración de la central nuclear de Zaporiya desencadenó un incendio, denunció el domingo el gobernador de la provincia, Yevgeny Balitsky.
No obstante, en la madrugada de este lunes, Vladimir Rogov, un funcionario ruso, ha informado que el incendio había sido “completamente extinguido”.
La corporación nuclear rusa Rosatom, por su parte, ha considerado el ataque como “un acto de terrorismo nuclear por parte de las autoridades ucranianas”. “Desde hace mucho tiempo, el régimen ucraniano intenta sistemáticamente realizar ataques contra el centro nuclear de Zaporiyia y la ciudad de Energodar”, ha señalado en un comunicado.
Según la nota, el centro fue blanco de un ataque con drones que dejó tres personas heridas en abril, mientras que en junio el Ejército ucraniano arremetió contra “una estación de monitoreo radiológico ambiental de Zaporiya en el asentamiento de Velikaya Znamenka”.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha acusado a las fuerzas rusas de iniciar el incendio del domingo.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), a su vez, ha subrayado que sus expertos habían visto “un intenso humo negro” proveniente de las instalaciones después de “varias explosiones”, pero ha dejado claro que “no se habían reportado consecuencias para la seguridad nuclear”. Sin embargo, más tarde ha dicho que había solicitado “acceso inmediato a la torre de enfriamiento para evaluar los daños”.
El centro nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, está controlada por tropas rusas desde finales de febrero de 2022. Desde entonces, Ucrania ha atacado la central eléctrica utilizando drones, artillería pesada y sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS, por sus siglas en inglés).
En febrero de 2022, Rusia inició una operación militar especial en el este de Ucrania, con los objetivos declarados de proteger a la población de la región del Donbás de los ataques de las fuerzas ucranianas, y garantizar la neutralidad, la desmilitarización y la “desnazificación” del régimen de Kiev.
El Gobierno ruso ha planteado una propuesta de paz que incluye la retirada completa de las tropas ucranianas de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y de las provincias de Zaporiyia y Jersón (incorporadas a Rusia después de consultas populares en 2022), y que se reconozca estos territorios, así como Crimea y Sebastopol, como parte de la soberanía de la Federación Rusa.
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