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Según el exmandatario, algunas de las personas “más brillantes de Wall Street” pronostican una pronta caída de la economía en “una depresión al estilo de 1929” si la fórmula electoral republicana no vence.
El candidato presidencial estadounidense Donald Trump prometió en un mitin celebrado este sábado en el estado de Pensilvania que reducirá los impuestos directos a los contribuyentes e impondrá aranceles adicionales a China y otros países. En su estimación, se trata de una recuperación de ingresos por un valor de “cientos de miles de millones” de dólares.
Trump admitió que muchas personas opinan que imponer aranceles genera gastos adicionales para los propios estadounidenses, pero descartó esa interpretación. “El arancel es un impuesto [que se aplica] a un país extranjero, a un país que nos está estafando y robando nuestros empleos”, aseguró. “Y es un impuesto que no afecta a nuestro país”, agregó.
El político citó el ejemplo de México, alegando que “produce coches al otro lado de la frontera” estadounidense. “Piensan que van a fabricar coches sin pagar impuestos y que los van a vender en Estados Unidos”, sostuvo, asegurando que no será así durante su mandato. “¿Saben a quién pertenecen las fábricas automotrices? A China. China es muy lista”, afirmó Trump.
Además, según el candidato republicano, algunas de las personas “más brillantes de Wall Street” pronostican una pronta caída de la economía en “una depresión al estilo de 1929” si la fórmula electoral republicana no vence. Los mercados de valores “están en lo alto porque esperan” que gane Trump. “Creo en ello”, añadió el político.
En marzo pasado, Trump advirtió que habría un “baño de sangre” si pierde las elecciones generales, que se celebrarán el próximo 5 de noviembre.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, valoró a finales de julio que el anuncio del presidente ejecutivo de Tesla, Elon Musk, de detener la construcción de una fábrica de ensamblaje de vehículos en el estado de Nuevo León, al menos hasta que pasen las presidenciales en EE.UU., “no es serio”. Aseveró que no lo permitirían los altos costos de producción en suelo estadounidense, que afectarían a los consumidores.