Moscú denuncia que los civiles son objetivo principal de los continuos ataques de Ucrania contra la región fronteriza rusa de Kursk.
Pasa una semana de la ofensiva militar sorpresa de Ucrania contra la región fronteriza rusa de Kursk. Una operación que desde Kiev, lo califican de gran ganancia en el campo de batalla y hablan sobre centenares de kilómetros de avances en el terreno. Sin embargo, para Moscú esto es nada más que una provocación a gran escala. Denuncian que son actos terroristas ya que las fuerzas de Kiev al realizar bombardeos indiscriminados, particularmente contra civiles, violan sus derechos humanos.
Así que Moscú alerta que debido a la incursión de las fuerzas de Kiev en Kursk, las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania sobre el fin de la operación especial se han pospuesto indefinidamente.
Para muchos en Rusia, el Occidente está involucrado en la operación ucraniana contra el territorio soberano ruso y contra las infraestructuras civiles, por lo tanto alertan que están molestando al gigante euroasiático en una peligrosa escalada.
Según las fuentes rusas, para el 13 de agosto, los ataques ucranianos causaron al menos 12 civiles muertos y más de 120 heridos, entre ellos 10 niños. También decenas de miles de civiles fueron desplazados por las hostilidades.
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