Irán expresa apoyo al Gobierno “legítimo” de Nicolás Maduro ante “las intervenciones ilegales” de EE.UU. que buscan establecer un gobierno paralelo en Venezuela.
El portavoz de la Cancillería iraní, Esmail Baqai, ha condenado este sábado el reconocimiento, declarado el martes por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, al opositor Edmundo González Urrutia como presidente electo del país bolivariano, casi cuatro meses después de las elecciones presidenciales en Venezuela el 28 de julio.
“Irán considera que cualquier intervención extranjera en los asuntos internos de Venezuela es contraria al derecho internacional y a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y un golpe a la paz y la estabilidad del país”, ha indicado el vocero iraní en su cuenta en la red social X.
Insistiendo en la condena de Irán a “las intervenciones ilegales de Estados Unidos y algunos de sus aliados en los asuntos internos de Venezuela”, Baqai ha dejado claro que estas posturas de Washington y sus aliados occidentales “recuerdan a las intervenciones malignas y divisivas de 2019 mediante el reconocimiento de un gobierno paralelo”, cuando reconocieron al opositor Juan Guaidó, como presidente interino del país suramericano.
Iran considers any foreign intervention in #Venezuela‘s internal affairs as contrary to int’l law and UN Charter principles and a blow to peace & stability in the country.
We condemn illegal interventions by the U.S. and some of its allies in Venezuela’s internal affairs – which…
— Esmaeil Baqaei (@IRIMFA_SPOX) November 23, 2024
“Expresamos nuestra solidaridad con el presidente legítimo y electo de Venezuela, Nicolás Maduro, y elogiamos los esfuerzos del Gobierno y el pueblo de Venezuela para superar los problemas causados por las sanciones ilegales y las presiones injustificadas de Estados Unidos”, ha subrayado Baqai.
Tras la victoria en las urnas del presidente Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio pasado, la ultraderecha de ese país orquestó un nuevo intento golpista y desestabilizador e incentivó una ola de violencia en la nación bolivariana.
Estados Unidos, que apoya sistemáticamente a la ultraderecha venezolana en los intentos golpistas orquestados en ese país, cuestionó la legitimidad del proceso electoral y declaró a González como el vencedor de las elecciones el 1 de agosto.
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