La Cancillería rusa informó el sábado que el régimen de Kiev ha comenzado a prepararse para un ataque a la central nuclear de Kursk.
“Hacemos un llamado a las organizaciones internacionales, especialmente a las Naciones Unidas (ONU) y al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), para que condenen de inmediato las acciones provocadoras que prepara el régimen de Kiev y eviten una violación de la seguridad nuclear y física de la central nuclear de Kursk, que podría provocar una catástrofe a gran escala en Europa”, instó la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
Al respecto, añadió que “Además, estas acciones de Kiev (capital de Ucrania) no solo suponen una amenaza directa para las centrales nucleares, sino que también socavan los postulados de seguridad nuclear del OIEA”.
La portavoz rusa destacó “toda la comunidad internacional debe darse cuenta del peligro que el régimen neonazi de Kiev supone para el continente. Los intentos de intimidar y aterrorizar a regiones enteras y a la comunidad internacional en su conjunto deben ser resueltamente contrarrestados mediante esfuerzos conjuntos.
Horas antes el director de la corporación estatal rusa Rosatom, Alexéi Lijachov, mantuvo una llamada telefónica con el director de la OIEA, Rafael Grossi, para discutir este tema.
Lijachov le comentó al jefe de la OIEA que el 17 de agosto, un dron ucraniano arrojó un cargamento militar en una carretera comúnmente utilizada por los trabajadores de las fábricas en Zaporiyia. El 14 de agosto, un ataque con drones provocó una explosión cerca de un disyuntor abierto en la central nuclear de Kursk.
Además, el director de Rosatom invitó a Rafael Grossi a visitar la central nuclear de Kursk y la ciudad de Kurchatov.
Por su parte, Grossi expresó su disposición a evaluar la situación y visitar el lugar del incidente debido a la proximidad de la instalación de combate, informó la OIEA a la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
Asimismo, el jefe del ministerio también expresó su preocupación por la seguridad de otras centrales nucleares, incluida Zaporiyia, donde se encuentra la misión del ministerio.
Anteriormente, Moscú (capital de Rusia) advirtió que “si el régimen de Kiev comienza a llevar a cabo planes criminales destinados a provocar un desastre” relacionado con la contaminación radiactiva de grandes zonas del continente, Rusia llevará a cabo inmediatamente “acciones militares y técnicas militares extremas”.
En febrero de 2022, Rusia inició una operación militar especial en el este de Ucrania, con los objetivos declarados de proteger a la población de la región del Donbás de los ataques de las fuerzas ucranianas, y garantizar la neutralidad, la desmilitarización y la “desnazificación” del régimen de Kiev.
El Gobierno ruso ha planteado una propuesta de paz que incluye la retirada completa de las tropas ucranianas de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y de las provincias de Zaporiyia y Jersón (incorporadas a Rusia después de consultas populares en 2022), y que se reconozca estos territorios, así como Crimea y Sebastopol, como parte de la soberanía de la Federación Rusa.
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