La misión de la NASA trajo con éxito a la Tierra un trozo del asteroide Bennu que podría proporcionar a los científicos información sobre el origen de la vida.
Se trata de unos 250 gramos de rocas y suelo de Bennu, un asteroide cercano a la Tierra, que contiene moléculas que se remontan a la formación del sistema solar hace 4500 millones de años, y que podría arrojar luz sobre preguntas que han intrigado a la humanidad durante siglos como el origen de la vida y del propio sistema solar.
La travesía para conseguir los fragmentos de Bennu comenzó en 2016, cuando la agencia espacial estadounidense (NASA, por su acrónimo en inglés) lanzó la nave Osiris-Rex hacia el objeto de 500 metros de diámetro. Le tomaría dos años en llegar al cuerpo rocoso y otros dos años más para cartografiarlo.
Esta es la primera vez que la NASA consigue traer a la Tierra las muestras de un asteroide. Además, el material extraído es la mayor muestra de asteroide jamás recogida.
La Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logró recuperar restos de asteroides en 2020, pero se trató de una cantidad mínima, no mayor que una cucharadita de polvo y rocas.
mmo/ctl/tqi